lunes, 6 de abril de 2015


Meditación sobre el desaliento, el odio y el futuro.


Es difícil hoy dictaminar que estamos en el final de la era kirchnerista, como se esperanzan, agrandados, en la oposición. Pero también es difícil asegurar que el así llamado “modelo” va a continuar. Y más arduo aún es saber cómo. Esa es la sal de la política, la fascinación de los grandes procesos sociales.

Pero éste, si miramos la realidad circundante, la catadura de algunos protagonistas y el inmenso poder global que los apaña, exige extrema mesura y serenidad.

Entre 2003 y 2015, la ciudadanía asistió a varias pulseadas que hoy deben ser leídas con cautela y realismo. Porque la polarización actual, que sin dudas se exasperará en los próximos meses, no resume todo lo malo. Será un rasgo característico de la política argentina de este tiempo, sin dudas, pero lo malo por venir puede ser mucho peor e incluso de una perversidad nunca vista, y eso que los argentinos la vimos lunga, si cabe el lunfardo.

Lo peor que le puede pasar a un país, a toda nación del mundo, es que el pueblo asuma y adopte los discursos más miserables. Bien empaquetados por mentirosos profesionales disfrazados de periodistas, dirigentes o candidatos, sólo van a conducirlo al cadalso, pero el pueblo no lo sabe. No lo ve, no lo cree, y entonces puede suicidarse electoralmente. Ha pasado. En la Argentina pasó. Y decirlo no es menosprecio popular, sino crudo realismo.

El actual estado confrontativo puede ser sólo una pantalla que confunde a las clases populares, a los desposeídos de siempre, a las nuevas clases medias de súbito enceguecidas y confundidas por los predicadores de TN y otros exégetas de la pequeña horda de candidatos porteños, ambos intendentes y de muy poca cultura los dos. Es el resultado perverso del astuto juego de la oposición, que confrontó al Gobierno acusando al Gobierno de confrontativo.

Les salió bien, y en parte porque el Gobierno no supo responder con serenidad y calma, con información dura y sin diálogos por elevación. La historia pasará a todos las facturas de sus errores, pero hoy lo que importa es reflexionar sobre el difícil presente y un futuro incierto, acaso ominoso. Y en el que es relevante el papel que juega el odio, que es un sentimiento inferior, mediocre y destructivo. Peor incluso que el resentimiento y la envidia, que también son lamentables características argentinas de hoy y que pueden explicar violencias e inseguridades. Pero es el odio lo temible, porque el odio es letal, difícilmente curable y de otra clase. Literalmente. Y cuando llega a una sociedad, suele quedarse. Y a veces por generaciones, porque no es un fruto genético sino cultural.

Quizá haya que empezar a analizar desde esa premisa los contenidos reales del así llamado “abismo” que ha partido en dos a la sociedad argentina. O sea: desde ahí revisar algunos hechos fundamentales que ensombrecen el futuro argentino.

Por ejemplo, cuando en 2013 el presidente de la Sociedad Rural inauguró la exposición agroganadera, dejó en claro esa polarización: el modelo político y económico al que adhieren los dirigentes criollos, del “campo” o no, es exactamente el mismo que impuso en 1976 la dictadura y luego perfeccionó el menemismo en los ’90. Bueno, con ese modelo coinciden hoy los señores Duhalde y Sanz, De la Sota y Aguad, Morales y Carrió, Stolbizar y Bi-nner, De Narváez y Solá, obviamente Macri y Massa, y lamentablemente casi todo el deslucido radicalismo actual. Y si no es así, que lo digan; pero no lo dicen.

Lo que los une es el odio de no haber podido detener las transformaciones sociales que implantó el kirchnerismo. Desprolijas algunas, incompletas otras, poco o nada transparentes muchas, pero transformaciones que cambiaron el país. Típicamente peronista, el kirchnerismo es desordenado y caótico y, parafraseando a Perón, podría ufanarse de que en la Argentina “todos somos peronistas” y en todo caso “no es que nosotros seamos buenos, sino que los otros son peores”. Apotegma fácilmente comprobable: antes y después del kirchnerismo sólo hubo y habrá gobiernos peores. Nada que celebrar, si quieren, pero a ver quién sostiene con fundamentos lo contrario.

Ahí andan decenas de economistas y abogados que fueron funcionarios de esos gobiernos, rodeando a los apellidos arriba mencionados. Apoyados por periodistas lameculos, fundaciones y consultoras todo terreno, son lo peor del establishment, y de a poco van saliendo del placard y cacarean nuevamente sus recetas. Los resultados de las cuales fueron hasta 2002 social y económicamente espantosos.

Pero el Gobierno no siempre sabe cómo rebatirlos, lo que es más riesgoso en plena lucha sucesoria. Daniel Scioli no gusta a todos, no enamora, pero debe reconocerse que fue perrunamente fiel en todos estos años. Florencio Randazzo, aparente favorito, crece a ritmo ferroviario y luce gestión ministerial aunque con poco territorio. Los otros candidatos (Urribarri, Taiana, Aníbal y Rossi) corren de atrás, pero ninguno de ellos desmerecería el favor presidencial. Y no incluyo en la lista al gobernador de mi provincia, seguro vicepresidenciable que todos irán a buscar a la hora de definir fórmulas.

Ahora habrá que esperar las PASO, en las que el kirchnerismo deberá eludir el tremendo error de ir “unido” y sin presentar alternativas. Y es que la vieja, absurda manía peronista de la “unidad” no sólo va en contra de las PASO, sino que cierra opciones, y la ciudadanía hoy quiere eso: optar.

En los próximos meses habrá que repetir hasta el cansancio que el odio solamente confunde. Difícil neutralizarlo, una vía será señalar con calma y en todo momento los peligros que conlleva: liberalización absoluta del mercado; endeudamiento externo sin control; sometimiento a los buitres; enfriamiento de la economía; reprivatizaciones; recortes en el gasto público; disminución de salarios; ajustes y despidos, y otra vez un Estado idiota salvo para reprimir las protestas que van a surgir.

Y es que son demasiados los intereses que los K afectaron.
Es comprensible aunque no justificable: cómo no iban a ser odiados.



viernes, 8 de noviembre de 2013

Cablevisión y Multicanal

Néstor Kirchner prorrogó las concesiones del multimedio y autorizó la fusión de Cablevisión y Multicanal, con lo que le concedió un negocio más rentable al Grupo, mientras "ganaba tiempo".
Horacio Verbitsky, en una entrevista de la revista Noticias del 3-09-2012 dice: “En la relación del Gobierno con los medios yo he tenido puntos de acuerdo y muchos de disenso. Yo lo he publicado cuando hablé de mis diferencias con Hadad. Cuando Kirchner le prorroga las licencias a todos los canales, yo le dije que me parecía horrible. Y Kirchner me dice: “Bueno, pero lo que pasa es que si no hacemos esto quiebran Canal 9 y Canal 2. Y entonces se fortalece Clarín y yo quedo aislado totalmente y nadie se entera de lo que digo”.
Y yo le digo: “Sí, es posible, pero Vila, Manzano, Moneta y Hadad son iguales o peores que Magnetto”.
Y ahí me dijo una cosa que representa el diálogo perfecto entre un intelectual y un político.
Él me dice (imita a Kirchner): “Shí, pero son másh débilesh”.
Yo hablaba en términos absolutos de evaluaciones y él hablaba de poder.
Si él no hubiera hecho eso, tal vez Clarín se quedaba con América y Canal 9, se reforzaba la concentración mediática, lo hacían mierda y lo ponían de rodillas.”
>
Fuente: Los medios de la ley


domingo, 27 de octubre de 2013

A 30 años del Alfonsinazo

COMO FUE LA CAMPAÑA DE RAUL ALFONSIN EN 1983

El logo de RA, el Preámbulo de la Constitución y el “Ahora Alfonsín” marcaron una estrategia centrada en un liderazgo personal, que trascendió la UCR y capturó el voto peronista.

En una etapa en la que los partidos tenían un rol fundamental en la política argentina, la elección de 1983 no sólo tuvo la enorme particularidad de abrir el período democrático más largo de la historia argentina, sino de marcar el inicio a una campaña electoral moderna, más centrada en la imagen y en la figura del candidato, un camino que se fue profundizando hasta hoy. Con el objetivo de trascender las pertenencias partidarias, Raúl Alfonsín y su equipo relegaron la marca UCR, el sello partidario y los íconos tradicionales y apostaron fuerte al liderazgo carismático de líder del movimiento Renovación y Cambio, que empezó por su identificación con la República Argentina a través del óvalo con las iniciales RA, con los colores de la bandera nacional. “En la campaña había una contradicción, porque Alfonsín decía no sigan hombres, sigan ideas, pero la UCR no aparecía y siempre firmaba RA. Fue la campaña de un partido que ocultaba su identidad porque tenía históricamente un 25 por ciento de los votos y necesitaba el 50 por ciento”, explica Gabriel Dreyfus, uno de los principales publicistas del equipo que en aquel entonces comandaba David Ratto.

Antes de empezar la campaña, peronistas y radicales estaban convencidos de que el PJ, con Italo Luder de candidato, llegaría a la presidencia, como cada vez que se habían presentado en elecciones libres. “El peronismo pensaba que ganaba con la camiseta, que era invencible, que no importaba el candidato, la campaña, el contexto”, detalla el abogado y periodista Oscar Muiño, autor del reciente libro Alfonsín, mitos y verdades del padre de la democracia. Pero Alfonsín estaba persuadido de que sería diferente y el 30 de octubre de 1983 alcanzó el 51,75 por ciento de los votos, frente al 40,16 de Luder.

El Preámbulo de la Constitución Nacional, el famoso saludo con las dos manos unidas a la altura del hombro, el logo RA, los “alfonsinazos” por todo el país, los slogan “Ahora Alfonsín” y “Con la democracia se come, se cura, se educa”, fueron los puntos más recordados de aquellos años de movilizaciones masivas, que alcanzaron un millón de personas en el cierre de campaña en la 9 de Julio. Apelando a sus mejores condiciones de orador, el 26 de octubre, Alfonsín dio un discurso vibrante y emotivo. “No podemos fallarle más a nuestro pueblo, el último fracaso nos llevó a este período tremendo de la historia argentina... Pero no bastan las buenas ideas, hay que garantizarle al pueblo argentino que no vamos a fracasar. Y la única forma de no fracasar es si logramos concretar una democracia con poder en la Argentina. Y el poder a la democracia se lo da el pueblo. El pueblo unido, sin distinción entre radicales y antirradicales, peronistas y antiperonistas”, exclamó, poniendo en evidencia un mensaje que rescataba el liderazgo de Alfredo Palacios para los socialistas, de Lisandro de la Torre para los demócratas progresistas y de Evita para los peronistas.

Para Muiño, ex subsecretario de Información Pública de Alfonsín, “la idea de que fue sólo una campaña publicitaria es una idea falsa”, ya que había notables diferencias entre los dos competidores. “Los peronistas que participaron en la campaña cuentan que el que parecía candidato peronista por su fuerza era Alfonsín, y el que era más reposado era Luder. Uno era un tribuno de la plebe, mientras el otro era un constitucionalista, un profesor universitario”, completa Muiño. En la misma línea, Dreyfus sostiene que si bien la campaña “ayudó”, “lo central fue el candidato”.

“Fue una campaña muy básica. Con afiches en blanco y negro, televisión en blanco y negro. Con algunos hallazgos muy interesantes desde el punto de vista gráfico como el RA. Eso lo inventó Alfonsín porque le habían regalado una hebilla de cinturón con esas iniciales”, recuerda Martín Baintrub, publicista de la agencia Persuación, que por aquel entonces presidía el centro de estudiantes de la Facultad de Arquitectura y luego la poderosa Federación Universitaria Argentina.

Entre los múltiples factores que llevaron a Alfonsín a la victoria, se destacan su posición contraria a la guerra de Malvinas, su denuncia del pacto sindical-militar, la postura frente a la dictadura, que luego se plasmó en la teoría de los dos demonios, pero que enfrente tenía la “autoamnistía” que proponía el PJ. “Alfonsín logró conmover a las mujeres y a los jóvenes. A las amas de casa por el tema de la paz y a los jóvenes porque tenía un discurso moderno”, señala Muiño.

Un liderazgo fuerte y carismático, un adversario más débil, una gran estructura partidaria detrás, un mensaje político claro y una novedosa campaña publicitaria marcaron aquel camino alfonsinista, que terminó en su victoria y en la apertura democrática, 30 años atrás.

Textos relacionados:
Wikipedia


viernes, 6 de septiembre de 2013

La República Perdida

Para entender nuestra historia contemporanea.

La Argentina se convirtió en un país sin memoria.
La destrucción de documentos y archivos continúa consumándose, a veces por motivos políticos, a veces por simple desidia y abandono y, la gran mayoría, por falsedad de los medios hegemónicos para quienes, antes que la verdad, estan sus propios intereses.


http://youtu.be/rRH9M9TcsdI

miércoles, 10 de julio de 2013

Nuevo triunfo de Néstor Kirchner

Por Eduardo Di Cola*

Foto del ex Presidente en la boleta electoral del
Frente para la Victoria.

No han sido pocas las disputas por la utilización de los símbolos e imágenes partidarias a lo largo de nuestra historia política.
Los grandes partidos políticos que sufrieron alguna división o desprendimiento no fueron ajenos a este fenómeno.
En el caso del peronismo siempre que se dio alguna situación como la descripta se planteaba el tironeo por la utilización de sus símbolos, la marcha y las fotos de Perón y Evita.
Es más, en el siglo pasado tanto el radicalismo primero como el peronismo después, sufrieron desde el mismo estado conducido por gobiernos que quebrantaban la soberanía popular, la proscripción y la prohibición en la utilización de sus símbolos e imágenes. Detrás de argumentos pueriles que pretendían justificarse en “valores superadores” al culto de las imágenes, impidieron la utilización de las figuras de Hipólito Yrigoyen, Perón y Evita. Obviamente que las verdaderas intenciones era la de sepultar lo que ellos y otros símbolos de sus partidos expresaban como proyecto político y modelo de país.
No fue casual entonces que a esas figuras se las intentara destruir incluso después de muertos. La calumnia, la mentira y el agravio fueron en general las principales armas con que atacaron.
Siempre el denominador común fue el temor que electoralmente les producía.
Hoy se repite la historia.
A Néstor Kirchner no lo pudieron destruir políticamente en vida y en el momento de mayor virulencia en el intento por destruirlo después de muerto, el radicalismo, el GEN de Stolbizer y el partido de Hugo Moyano en alianza con De Narváez tratan de impedir que la foto del ex presidente esté incorporada en la boleta electoral del Frente para la Victoria, junto a las de Perón y Evita.
Si Néstor Kirchner es el que algunos periodistas y opositores dicen que fue, ¿qué temor le tienen a su figura?
No se trata de caer en la adoración de la imagen de Néstor Kirchner por una cuestión de fe religiosa. Más allá del cariño, respeto y agradecimiento profundo por lo que hizo por el país, en su figura, en silencio y con la simpleza de un golpe de vista podemos sintetizar un modelo de país y el ejemplo de compromiso de lucha para lograrlo.
Esto es lo que les preocupa a quienes intentan proscribir su fotografía. No tienen modelo de país que expresar, ni conductas políticas que imitar.
Este intento de proscripción es otro triunfo de Néstor Kirchner.

*Ex Diputado Nacional

sábado, 29 de junio de 2013


Pereyra paralizó mil pozos de YPF

El sindicato de Petróleo y Gas de Río Negro, Neuquén y La Pampa inició ayer un paro que significó el derroche de 2,5 millones de litros de nafta, 3,5 millones de litros de gasoil y millón de m³ de gas.

El titular del Sindicato del Petróleo y Gas Privado de Río Negro, Neuquén y La Pampa, el red;">moyanista Guillermo Pereyra, quebró el acuerdo que los sindicatos habían acordado con Miguel Galuccio e iniciaron una medida de fuerza sin antecedentes que, según fuentes del sector, le generó a la petrolera nacional pérdidas por más de $40 millones en menos de un día.
Según relataron las fuentes, las fuerzas de Pereyra paralizaron mil pozos petroleros de Neuquén a Mendoza, lo que provocó la pérdida de 7 mil metros cuadrados de petróleo.

El sindicato y la empresa tenían previsto el 12 de julio próximo una reunión a agenda abierta para tratar mejoras laborales y sindicales.
Sin embargo, el sindicato precipitó la crisis e inició una medida de fuerza que no tiene antecedentes en el pasado inmediato.
Según la fuente, las huestes de Pereyra "interrumpieron el paso de los bomberos y las ambulancias, abandonaron los pozos e incluso hubo agresiones físicas a operarios que se resistieron a dejar sus puestos de trabajo".
Pereyra ocupó un lugar en el directorio de la YPF argentina en representación de los trabajadores hasta que dejó su puesto para continuar como lugarteniente del dirigente camionero. No obstante, se comprometió a respetar la "paz social" y no tomar medidas de fuerza para acompañar el crecimiento de la petrolera en su nueva etapa de bandera argentina.

Fuente: Pereyra quebró la paz social

jueves, 27 de junio de 2013


Fragata Libertad

Fragata Libertad: fallo contra fondo buitre.

El juicio por la retención de la nave Fragata Libertad llegó a su fin con un fallo complementario que obligará a pagar a los fondos especulativos NML Elliot unos 8 millones de dólares a la administración del puerto de Tema, en Ghana.

Se terminó el juicio por la detención de La Fragata Libertad la cual estuvo retenida 77 días en Ghana. Durante el 2012 los fondos buitres NML Capital Limited fueron quienes pidieron ejecutar la nave insignia reclamando el pago de deuda argentina. Tras varios reclamos del gobierno por considerar esa acción como violatoria al derecho internacional, Argentina consiguió recuperar la embarcación.

Ahora se conoció que un fallo complementario expedido el último jueves por el máximo tribunal del país africano, el fondo NML Elliot está obligado a pagar unos US$ 8 millones a la administración del puerto de Tema por los gastos generados por mantener secuestrada la Fragata.

De esta forma termina la batalla legal que comenzó en octubre del año pasado cuando el juez Richard Adjei Frimpong hiciera lugar a la presentación de Elliot en el tribunal africano, decidiendo el embargo ilegal de la nave.