martes, 15 de septiembre de 2009

Carta Abierta a Pino Solanas

Estimado Pino:

Aunque nunca nos vimos, estuve siempre cerca suyo, por lo menos desde La hora de los hornos. Lo acompañé después, cuando el antimenemismo. Admiré su cine, apoyé su gestión legislativa y hasta hice guardia en la vereda del sanatorio de la calle José Hernández cuando lo balearon cobardemente. Le escribo desde la simpatía que me produjo su retorno a la política. Y aunque no vivo en Buenos Aires, probablemente hubiese estado entre los que alentaban su acercamiento a Carlos Heller para las elecciones del 28 de junio, que pudieron significar –de haber ido juntos– la sepultura del macrismo.

Estas líneas son para decirle que tiene usted razón en casi todo lo que plantea en la tele: nacionalizar Telecom; garantizar que con los dineros públicos no se hagan negocios privados y muchas otras, casi todas sensatas, anheladas y compartibles. Tiene razón también al fustigar al kirchnerismo en sus desprolijidades, oscuridades y posibles corruptelas. Aunque yo creo que usted exagera cuando los compara con el menemato, porque no son lo mismo. Hay enormes diferencias y le voy a dar sólo tres ejemplos, para no abundar: los K fueron erráticos y desacertados con la propuesta del Tren Bala felizmente congelada, pero no fueron los que desmantelaron los ferrocarriles.
Los K son esquivos y tienen doble discurso, pero a la Corte Suprema la adecentaron ellos, mientras que Menem instaló y mantuvo allí a una especie de pandilla adicta. Los K llevan adelante una política de Defensa ejemplar, como nadie llevó en este país en democracia. Y tenemos hoy una Ley Nacional de Educación que vino a sustituir la destructora Ley Federal de Menem, Decibe y García Solá.

Son más de tres ejemplos, y dejo de lado una política de derechos humanos como millones de compatriotas, y supongo que usted también, siempre quisimos por lo menos desde 1983. La cual es muchas veces más declarativa que efectiva, desde ya, pero innegablemente permitió avances extraordinarios en el más árido y dificultoso terreno de la recuperación democrática.

Por favor, Pino, no se le ocurra simplificar esto acusándome de kirchnerista, porque no lo soy. Tampoco formo parte de la Carta Abierta de intelectuales, ni tengo amigos en el poder, ni me deben ni debo favores. En 2003 no voté a Kirchner y en 2007 sí voté a Cristina, como lo hicieron millones de argentinos/as que ya veíamos el avance de toro furioso de una derecha conservadora que –lo viene probando– es capaz de decir y hacer absolutamente cualquier cosa.

O sea que le hablo como un simple compatriota, independiente a rabiar, ni sé si de izquierda, que tiene la posibilidad de hacer público su pensamiento. Y que se siente alarmado por lo que considera su ceguera, Pino.
La suya y la de algunos de sus respetados compañeros más cercanos.

No se ofenda, que la ceguera no es insulto. Es simplemente la imposibilidad de ver. Y a mí me parece, dicho sea con todo respeto, que usted no ve por lo menos lo siguiente:

1. Que éste es un proyecto superador, aunque tenga puntos cuestionables. Hoy nuestro país tiene la oportunidad de sancionar un régimen nuevo, infinitamente mejor que el horrible mamarracho que es la ley de Videla. Le recuerdo, al respecto, que si usted y los que le responden no votan esta ley, de hecho y aunque quieran diferenciarse, serán responsables de que sigamos regidos por esa ley infame, la 22.285 de la dictadura.

2. Que a millones de compatriotras nos importa un pito la pelea entre Clarín y Néstor K. Pero sí nos importa que esta será una ley antimonopólica. Abre espacios a la participación de sectores marginados (y tiene usted razón en que por esa puerta pasarán las fundaciones de las grandes empresas, pero en la Argentina hay miles de fundaciones serias y honradas, dicho sea advirtiendo que la que yo presido no tiene el menor interés en ser de la partida). Pone límites como nunca los hubo, y aunque es verdad que es oscura la autoridad de aplicación, le recuerdo que hoy ni siquiera hay autoridad, pues lo que hubo hasta ahora fue un Comfer idiota. Protege a la infancia y la niñez. Fomenta el cine argentino y la producción nacional. Y respecto de las telefónicas, el tema parece haber quedado resuelto ayer.

Entonces, ¿cómo oponerse, Pino? ¿No se da cuenta a quién/quiénes va a favorecer el rechazo de esta ley? ¿Cómo van a hacer después sus diputados, una vez diferenciados del Gobierno, para diferenciarse de cívicos y republicanos que están más ciegos que Polifemo y que por desdicha no saben lo que hacen, escupiendo sobre sus historias y sus trayectorias?

¿Cómo es posible que el fanatismo anti K los lleve a coincidir con lo más reaccionario del país, esos sectores que siempre frenan el carro de la Historia? Y no es que los K signifiquen la modernidad –Dios libre y guarde–, pero ésta no es “la ley K” que dicen los cartelitos bajo los que usted habla en los muchos programas a los que ahora lo invitan. Esta ley es de cientos de organizaciones y de miles de personas y comunicadores que venimos luchando y haciendo docencia desde hace muchos años. Sería bueno que eso se respetara; que usted y los diputados que le son leales lo tuvieran en cuenta.

Porque es necesaria esta ley, aun con sus errores, Pino. Por más que usted tenga razón en casi todo lo que cuestiona, hay algo que es seguro: para el pueblo argentino nada va a estar peor con ella, y muchísimas cosas tendrán mejores posibilidades. Pero todo va a ser mucho peor si la rechazan.

Dios o el destino, o el ignoto Ojalá quieran que usted y los suyos no se equivoquen. Porque va a ser un error fiero. De consecuencias peores que cualquiera que usted imagine para este país después de esta ley.

Un saludo atento, respetuoso y cordial.

Mempo Giardinelli

Nota completa: Carta al compañero Pino

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miércoles, 2 de septiembre de 2009

Miseria en Chaco

Mi amiga Paloma pregunta, desde España, si es cierta la miseria en el Chaco mencionado en un correo que circula y reproduce Mempo: “En Chaco la palabra genocidio cobra vigencia”, y que comienza diciendo: En estos tiempos el Chaco concita la atención de todo el mundo. Prensa y televisión global vienen a mirar los estragos de la desnutrición que afecta a miles...
Está enamorada de Argentina desde que visitó Bariloche, y quiere saber más del país y las noticias que le llegan.

Hago pública la respuesta no por indiscreto, sino porque, además de ella, habrá otros muchos pensando similar y responsabilizando a los últimos gobiernos de la situación. Acá pueden comentar si están de acuerdo o no.

Esta fue mi respuesta:
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Querida Paloma:

Según cuenta la leyenda, cuando Díos expulsó del Paraíso a Adán y Eva, quedó el lugar; y es el Bariloche que conociste.

La empresas extranjeras hicieron irrupción durante el Menemato, acordes a la corrupción instalada en el Neoliberalismo y consecuencias, donde no vendió a su abuela porque había fallecido y no consiguió compradores.
Los grupos económicos poderosos no son solidarios en absoluto, sino que les resulta conveniente para sus fines.
Cuando hay algun desastre (inundaciones, terremotos) en alguna parte del mundo, se hacen colectas; y ¿quienes aportan?
Los pobres -vos, yo, nuestros vecinos- que saben de sufrimiento y privaciones. Jamás encontrarás un aporte de: Bill Gates, Carlos Slim, Warren Buffett, Lawrence Ellison, y cito solo fortunas superiores a los 25.000 Millones de dólares (dato publicado por Forbes) ni del Banco Mundial. ¿Podés imaginar cuanto espacio ocuparía ese dinero? Yo no.

El diario Clarín pertenece a Ernestina H.de Noble (que de noble no tiene más que el apellido) y es de tendencia ultra-derecha; vale decir: Un grupo dominante y las grandes mayoría indigentes y siervos, como en los viejos sistemas feudales donde los nobles gozaban del lujo y el campesinado sumido en la más absoluta miseria.
Apoyaron y adhirieron a TODOS los golpes de estado de Latinoamérica, y Francisco Franco era citado -en sus páginas- como quien había puesto orden en España.
Que significa esto, ¡que Clarín no es creíble!.
Echarle la culpa a los gobiernos es sencillo, pero atacan denodadamente a los que pretenden un reparto más equitativo de los ingresos.
Un caso concreto lo estamos padeciendo con el conflicto que denominan "del campo", y que en realidad son un grupo de grandes terratenientes agrupados en la Sociedad Rural Argentina y el Grupo de los Ocho, que quieren eliminar el gobieno electo y reemplazarlo por otro más acorde a sus intereses.
Mempo Giardinelli escribió hace unos días: 54 veces Patria y un solo informe atroz, (el mencionado Biolcati es tambien mencionado como El Cacique Rural).

El panorama presentado en la nota reproducida en Mempo: “En Chaco la palabra genocidio cobra vigencia” no debe ser muy alejado de la realidad, pero la culpa no es solo de los gobiernos democráticos, sino de las dictaduras y los mezquinos intereses de las clases dominantes.

La gente que pretende informarse con periódicos, radios o televisoras, cree que lo que le cuentan es cierto sin analizar que hay intereses creados.
Y como cierre, dejó el cuento (?), Vendo gatitos que deja en claro algunas cosas de mi país.

Besos