En el caso de la pastera ex Botnia, es obvio que el levantamiento del corte del puente a Fray Bentos, en Gualeguaychú, no implica el fin del conflicto, sino que la problemática comienza a desarrollarse en una etapa diferente. El corte consiguió lo que podía: puso el tema en la agenda política, llamó la atención sobre la contaminación y estableció condiciones para el control de la planta. Entre los pocos asambleístas que no estaban de acuerdo con el levantamiento del corte se escucharon expresiones tales como: “los verdaderos ecologistas deben luchar hasta la muerte”. Si lo decían por el brasileño Chico Mendes, él nunca quiso morir, había otros que lo querían matar y así lo hicieron. El que quiere morir no está para ninguna lucha, porque la lucha es una manifestación vital.
La misma asamblea fue una expresión de conflicto, con muchas tensiones y hasta expresiones duras por parte de los oradores. Los grandes medios, que estuvieron siempre contra el corte, destacaron a la asamblea como expresión de pluralidad y consenso. Y tendrían razón si incluyeran en esa descripción, la puja, las opiniones contrapuestas y el conflicto propio y hasta lógico entre las diferentes posiciones de los asambleístas. Ellos tendrán que decidir en ese marco cuál será la mejor forma de mantener su lucha por la preservación del medio ambiente de aquí en adelante. Y no solamente en el río Uruguay, que seguramente será su prioridad, sino también en otras cuestiones como el uso de agroquímicos o la extensión de la soja transgénica sin rotación de cultivos, que conforman problemas ecológicos graves que también se registran en esa zona. La ecología no se aplica a un solo tema.
Fuente y nota completa: El santo consenso
sábado, 19 de junio de 2010
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